Nació en el seno de una
familia nacionalista y con tendencias sionistas.
Siendo joven tenía
pensado irse de precursor a trabajar la tierra de sus abuelos, pero en el
intermedio lo enlistaron al ejército polaco, y al entrar y ver como trataban a
los judíos, huyo tanto del ejército como del país.
Llega a México en 1921 siendo uno de
los primeros inmigrantes que se estableció en Guadalajara, que era la segunda ciudad más grande e importante del País.
Al llegar no tenía ni dinero, ni el idioma, pero siendo una persona amigable y bonachón, se ganó
inmediatamente la confianza de la gente de la ciudad.
Empezó a vender y a comprar en abonos, y con el tiempo
puso un negocio que lo fue ampliando. Se trataba de una mueblería, de donde con
el tiempo y mucho esfuerzo, pudo reunir una respetable fortuna.
Para ese entonces, la
comunidad Judía de Guadalajara contaba
escasamente con 80 personas y Max hizo todo lo posible para que convivieran unidos, ayudando a los más
necesitados, y apoyando en la construcción de un Centro Comunitario y un Templo
para rezar.
En dos ocasiones fue
presidente de la comunidad de Guadalajara, tratando de ayudar en lo que podía.
Cuando se enteró de la tragedia del judaísmo que prevalecía en Europa, se
ofreció en adoptar a cualquier niño o niña judíos que no contaban con familia.
Fue un gran ejemplo para
su comunidad y para muchas personas.